INTRODUCCIÓN
Si bien desde el año
2004 he estado involucrado con tópicos de la medicina natural, es como
inaceptable que transcurrido 10 años, no haya escrito algo al respecto. El
trabajo cotidiano y el estrés laboral nos absorben mucho que nos ciega a
emprender actividades que verdaderamente favorecen a la calidad de vida
personal y del medio circundante.
He escrito varios ensayos
de carácter técnico y científico relacionados con los recursos hídricos y la
temática ambiental que interesan un grupo específico de personas, pero esta vez
he resuelto escribir, en base a mi experiencia, sobre una temática que interesa
a todos, y que es la base de la calidad de la vida de todo ser humano “LA
SALUD”.
¿QUÉ
ES LA SALUD?
Existen varias
definiciones al respecto; unos dicen que es “el estado
en que un ser u organismo vivo no tiene ninguna lesión ni padece ninguna
enfermedad y ejerce con normalidad todas sus funciones”;
otros sostienen que es “una serie de condiciones físicas en que se encuentra
un ser vivo en una circunstancia o un momento determinados”; y para no
alargar con definiciones; hay quienes simplemente manifiestan que “la
salud es el silencio de los órganos”. Cada uno de los puntos de vista
es válido desde la óptica que los autores han tenido para decirlo.
En realidad la
salud es un estado, que involucra otros aspectos que desconocemos, debido al
sistema de manipulación constante de conciencia en el que vivimos, donde lo que
menos interesa es la salud de los seres humanos y de la naturaleza en general.
La mayor parte de la
gente piensa que cuando la salud decae, para mejorarla, hay que tomarse alguna
pastilla o medicamento, suministrarse una inyección o en caso más extremo,
someterse a una intervención quirúrgica, y ese el grande de los ERRORES, pero
por desconocimiento y tradición no nos queda otro camino, que aceptarlo y
ponerlo en práctica.
La buena salud, que es
un estado de bienestar de la naturaleza, se la obtiene no con la ingesta de
químicos u otras sustancias similares, sino con la implementación de actos
equilibrados a nivel espiritual, físico y químico.
ENFERMEDADES DEGENERATIVAS
Primeramente, en
función de lo dicho anteriormente, la enfermedad en términos generales es una
MALA SALUD, que se produce debido a actos desequilibrados a nivel espiritual,
físico y químico.
Las enfermedades pueden
ser de tipo funcional y orgánico. Las de tipo funcional se relacionan con
inflamaciones de tejidos sin deterioro orgánico y son muy fáciles de revertir,
mientras que las de tipo orgánico, presentan deterioro de tejidos, que también
son fáciles de revertir, pero que requieren de mayor tiempo y disciplina.
En los postulados del
Dr. Manuel Lezaeta Acharán, naturópata, creador de la DOCTRINA TÉRMICA, se
manifiesta que el promedio de vida del hombre es de alrededor de 150 años,
siempre que éste practique los hábitos de vida propios de la especie. El
hombre, bajo ningún contexto es un ser carnívoro, ya que no posee intestinos
cortos ni sistema dentario adecuado para cortar y devorar la carne. Los
productos animales incrementan la acidez de la sangre con la consecuente
inflamación de los órganos y tejidos dando origen a enfermedades que
paulatinamente van disminuyendo la vitalidad espiritual y corporal, llegando a
un estado de contraer enfermedades degenerativas como los son, entre otros: hipertensión,
diabetes, trigliceridemia, artritis, psoriasis, insuficiencia renal, cálculos
en riñones y vesícula biliar, gota, gastritis, hepatitis, cirrosis, cáncer,
estrés, úlceras, etcétera, etcétera.
La medicina moderna,
cuando no encuentra el químico para disfrazar a la enfermedad, concluye con
diagnósticos del tipo de que son “enfermedades de origen desconocido”,
situación absurda, puesto que el origen es plenamente conocido: “SANGRE IMPURA”